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VIOLENCIA EN CONTRA DE INMIGRANTES LATINOAMERICANAS

Las mujeres inmigrantes son extremadamente vulnerables a la violencia interpersonal y estructural. La intersección de su género, sexualidad, nacionalidad, estatus migratorio, raza/etnia y clase social influye en la forma en que se inflige y sufre la violencia y afecta la disponibilidad de recursos para que puedan escapar y superar las relaciones abusivas. Las feministas de color y los defensores de los derechos de las inmigrantes maltratadas en Estados Unidos han estado trabajando para elaborar estrategias y leyes que aborden mejor las necesidades de los inmigrantes maltratados. Hasta cierto punto, sus esfuerzos han sido fructíferos: la Ley de Violencia contra la Mujer (VAWA), que es la principal legislación que aborda la violencia de género para todas las sobrevivientes, incluye regulaciones para grupos especiales, como inmigrantes maltratadas. Sin embargo, serias barreras continúan evitando que las inmigrantes más desfavorecidas accedan a la justicia como sobrevivientes de violencia de género.

 

Desarrollé investigaciones sobre este tema durante diez años, desde mi disertación doctoral en sociología en la Universidad de Texas en Austin hasta otras publicaciones derivadas, donde descubro cómo los obstáculos formales e informales se interponen en el camino de los sobrevivientes inmigrantes para poner fin a sus relaciones abusivas y asegurar su residencia en los Estados Unidos. También estudio cómo los esfuerzos individuales y colectivos de los inmigrantes, defensores y activistas resultan en resistir y cambiar, pero a veces también mantienen prácticas y estructuras opresivas (2010a, 2010b).

 

En mis publicaciones, analizo la relevancia y los desafíos de aplicar un enfoque de investigación activista para trabajar en este tema (2010a, 2011, 2014). Inspirado en ese marco, me he mantenido alerta a las cuestiones de violencia de género contra inmigrantes. En reacción a la crisis financiera de 2008, amplié mi investigación para explorar cómo las cambiantes condiciones políticas y económicas que resultan en contextos más o menos acogedores para los inmigrantes afectan su victimización, así como el servicio y las estrategias políticas de los defensores y activistas (2015). Además, reflexioné sobre cómo la literatura de ficción puede ayudar a promover una agenda feminista contra la violencia de género, comparando testimonios de sobrevivientes latinas y argentinas de violencia de género (2012). Más recientemente, con el crecimiento de #BlackLivesMatter, #MeToo, #NiUnaMenos, Sanctuary y otros movimientos en todo el mundo, he sintonizado mi atención a las formas en que se alzan y escuchan las voces y demandas de las mujeres inmigrantes maltratadas.

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